Autocontrol

¿Qué implica el autocontrol?

El autocontrol es un término utilizado en psicología que se refiere a la capacidad de las personas para regular sus pensamientos, emociones, comportamientos e impulsos de manera deliberada e intencional. Implica ejercer control sobre los procesos mentales propios, utilizando estrategias cognitivas para manejar emociones, pensamientos y acciones. El objetivo del autocontrol es mantener un equilibrio saludable entre la disciplina y la expresión personal, permitiendo que las personas alcancen sus metas y vivan vidas plenas. 

¿Por qué es importante el autocontrol?

El autocontrol es importante para el bienestar emocional y la realización personal, ya que permite a las personas tomar decisiones que les permitan alcanzar sus metas y vivir de acuerdo a sus valores y principios. Asimismo, el autocontrol abarca la capacidad de resistir a las tentaciones, de hacer las obligaciones que son vitales y de tomar conciencia de los objetivos que han sido marcados a largo plazo.

Por el contrario, la falta de autocontrol puede llevar a comportamientos impulsivos e irracionales que pueden tener consecuencias negativas en la vida de una persona. Los impulsos son entendidos como reacciones automáticas e incontrolables que surgen de las necesidades y deseos más básicos del individuo.

¿Cómo se desarrolla el autocontrol?

El autocontrol es una habilidad importante que se desarrolla a lo largo de la infancia y la adolescencia. Aquí hay algunos factores que influyen en su desarrollo:

  1. Desarrollo cognitivo: El autocontrol se ve afectado por el desarrollo cognitivo, ya que los niños y los adolescentes adquieren habilidades para regular sus pensamientos y acciones. A medida que el cerebro se desarrolla, se vuelve más capaz de resistir impulsos inmediatos y tomar decisiones reflexivas.
  2. Experiencias de vida: Las experiencias de vida, incluyendo las interacciones con los padres, las enseñanzas y las experiencias culturales, pueden influir en el desarrollo del autocontrol.
  3. Habilidades de resolución de problemas: La habilidad de resolver problemas puede mejorar el autocontrol al ayudar a los niños y adolescentes a encontrar soluciones a los desafíos y a controlar sus impulsos.
  4. Práctica: El autocontrol se puede mejorar con la práctica. A medida que los niños y los adolescentes enfrentan desafíos y se enfrentan a situaciones difíciles, pueden desarrollar habilidades para regular sus pensamientos y acciones.
  5. Modelado y refuerzo: Los niños y los adolescentes pueden desarrollar su autocontrol mediante el modelado y el refuerzo de los adultos importantes en sus vidas. Los padres pueden enseñar habilidades de autocontrol al ofrecer modelos positivos y reforzarlos cuando los niños y los adolescentes muestren habilidades de autocontrol.

Desde la comprensión del origen y de la funcionalidad que tienen nuestros impulsos nos encontramos con las necesidades subyacentes que actúan como motor de dichos actos de impulsividad. Así, al no ser atendida ni satisfecha dicha necesidad, pueden aparecer consecuencias negativas para la salud física y emocional de la persona.  Algunas de estas repercusiones incluyen:

  1. Estrés: La insatisfacción de las necesidades puede provocar un aumento del estrés, lo que puede tener efectos negativos en la salud mental y física.
  2. Ansiedad y depresión: La insatisfacción de las necesidades puede llevar a la ansiedad y la depresión, lo que puede afectar la capacidad de una persona para funcionar en su vida diaria.
  3. Problemas de relación: Las necesidades insatisfechas pueden afectar las relaciones interpersonales y la capacidad de una persona para establecer y mantener relaciones saludables.
  4. Baja autoestima: La insatisfacción de las necesidades puede afectar la autoestima y la autoimagen de una persona.
  5. Problemas de salud física: La insatisfacción de las necesidades puede llevar a problemas de salud física, incluyendo trastornos alimentarios, insomnio y otros problemas de salud relacionados con el estrés.

¿Qué mecanismos intervienen en el proceso de autocontrol?

El autocontrol es un proceso complejo que involucra múltiples mecanismos cognitivos y emocionales. Aquí hay algunos de los mecanismos clave que intervienen en el proceso de autocontrol:

  1. Sistema ejecutivo frontal: El sistema ejecutivo frontal es una parte del cerebro que se encarga de la planificación, la toma de decisiones y la regulación de los impulsos. Este sistema juega un papel importante en el autocontrol, ayudando a las personas a regular sus pensamientos y acciones.
  2. Regulación emocional: La regulación emocional es un componente clave del autocontrol. Involucra la capacidad de reconocer y regular las emociones negativas, lo que puede ayudar a prevenir el acto impulsivo.
  3. Inhibición de la respuesta: La inhibición de la respuesta es la capacidad de resistir una acción impulsiva. Esta habilidad es crucial para el autocontrol, ya que permite a las personas tomar decisiones reflexivas en lugar de actuar de manera impulsiva.
  4. Toma de decisiones: La toma de decisiones es un componente importante del autocontrol, ya que implica la elección consciente entre diferentes opciones. Esta habilidad ayuda a las personas a elegir comportamientos que satisfagan sus metas a largo plazo en lugar de impulsos a corto plazo.
  5. Motivación: La motivación es otro componente clave del autocontrol. Involucra el deseo de alcanzar una meta o un objetivo, lo que puede ayudar a las personas a superar los impulsos a corto plazo y a tomar decisiones saludables.

Estos mecanismos interactúan de manera compleja y pueden ser influenciados por factores internos y externos, incluyendo la personalidad, las experiencias de vida y la cultura. Por lo tanto, el autocontrol es un proceso continuo que puede mejorarse a lo largo del tiempo mediante la práctica y la experiencia.

Ver vídeo:  El misterioso funcionamiento del cerebro adolescente – TED

¿Por qué a veces siento que no tengo fuerza de voluntad?

Existen diversas distorsiones cognitivas que influyen en la constancia y dirección de nuestras decisiones, como pueden ser la falta de convicción, la falta de motivación o los conflictos entre la razón y la emoción. Desde la falta de convicción entra en juego la escasa confianza en la elección tomada, generando inseguridad y disminuyendo las expectativas sobre el resultado esperado, haciendo que la persuasión y la sugestión capaciten una acción opuesta a la previamente premeditada. Por otra parte, la motivación se asocia al resultado de las acciones, de forma que cuanta mayor satisfacción y beneficios nos traiga, mayor ilusión tendremos como motor de persistencia. 

Sin embargo, ante objetivos poco realistas o ante resultados repetitivos que son vividos desde el fracaso pueden surgir sentimientos de indefensión aprendida, entendida como una aprendizaje de una actitud pasiva y carente de control ante los eventos que nos ocurren en el día a día. Respecto a las discrepancias que pueden surgir entre la razón y la emoción, encontramos una lucha entre el deber y el placer. Esta disonancia genera tensiones internas que pueden modificar la voluntad y anular la acción prevista. De esta forma, la persona puede sentir que sus valores y acciones no son unánimes, generando sentimientos de frustración e impotencia que pueden llevar a la persona a sentir emociones desagradables respecto a sus acciones en comparación con sus valores. 

Asimismo, hay muchas razones por las cuales una persona puede experimentar una falta de autocontrol o de fuerza de voluntad en momentos específicos. Algunos de los factores que pueden afectar el autocontrol incluyen:

  1. Fatiga o estrés: La fatiga o el estrés pueden debilitar la capacidad de una persona para controlar sus impulsos y tomar decisiones saludables.
  2. Falta de sueño: La falta de sueño puede disminuir la capacidad de una persona para controlar sus pensamientos y acciones, lo que puede aumentar el riesgo de tomar decisiones impulsivas.
  3. Deprivación de alimentos: La privación de alimentos puede disminuir la capacidad de una persona para controlar sus impulsos y tomar decisiones saludables.
  4. Abuso de sustancias: El abuso de sustancias, como el alcohol o las drogas, puede disminuir la capacidad de una persona para controlar sus pensamientos y acciones.
  5. Hábitos negativos: Los hábitos negativos, como el consumo excesivo de azúcar o la falta de actividad física, pueden debilitar la capacidad de una persona para controlar sus impulsos y tomar decisiones saludables.
  6. Distracciones: Las distracciones, como el uso excesivo de dispositivos electrónicos o la multitarea, pueden disminuir la capacidad de una persona para concentrarse y controlar sus pensamientos y acciones.
  7. Es importante tener en cuenta que la falta de autocontrol o de fuerza de voluntad puede ser un desafío temporal y que hay estrategias que pueden ayudar a mejorar el autocontrol a lo largo del tiempo.

¿De qué depende aumentar mi autocontrol?

Tomar iniciativa en nuestro autocontrol respecto a nuestros objetivos y metas, es una actuación que se incluye dentro de un proceso mayor, en el que intervienen diversos factores personales, contextuales y fisiológicos. Así, encontraos el modelo de cambio conductual descrito por Prochaska y Diclemente, que se enfoca en la prevención y tratamiento de comportamientos adictivos con difícil capacidad de autocontrol en los mismos. Este modelo puede ser útil para mejorar el autocontrol de la siguiente manera:

  1. Precontemplación: En esta etapa, la persona todavía no está consciente de la necesidad de cambiar su comportamiento. Puedes usar esta etapa para hacer una evaluación honesta de tus hábitos y determinar si necesitas mejorar tu autocontrol.
  2. Contemplación: En esta etapa, la persona se da cuenta de la necesidad de cambiar su comportamiento, pero todavía no ha tomado acción. Puedes aprovechar esta etapa para explorar diferentes estrategias para mejorar tu autocontrol.
  3. Preparación: En esta etapa, la persona está lista para tomar acción y comenzar a mejorar su autocontrol. Puedes aprovechar esta etapa para hacer un plan detallado de cómo vas a mejorar tu autocontrol.
  4. Acción: En esta etapa, la persona comienza a tomar acciones concretas para mejorar su autocontrol. Puedes aprovechar esta etapa para poner en práctica tus estrategias y fortalecer tu autocontrol.
  5. Mantenimiento: En esta etapa, la persona mantiene sus nuevos comportamientos y continúa fortaleciendo su autocontrol. Puedes aprovechar esta etapa para evaluar tus progresos y hacer ajustes si es necesario.

Así, según este modelo, el autocontrol es clave para el éxito en el cambio de comportamiento y la consecución de objetivos saludables. Recuerda que el proceso de mejorar el autocontrol puede ser difícil, pero con perseverancia y dedicación, puedes lograr tus metas. Es importante ser paciente contigo mismo y no desanimarse ante los obstáculos que puedan surgir en el camino.

¿Qué puedo hacer para desarrollar y potenciar mi habilidad de autocontrol?

A continuación se leen una serie de estrategias que pueden ayudar a mejorar el autocontrol en la rutina diaria: Establecer metas claras y alcanzables: tener una visión clara de lo que se quiere lograr puede ayudar a mantener la motivación y el autocontrol.

  1. Hacer un plan: tener un plan detallado para cada tarea o actividad puede ayudar a mantener el enfoque y reducir la procrastinación.
  2. Haz ejercicio físico regularmente: El ejercicio puede ayudarte a aumentar tu energía y mejorar tu concentración, lo que puede aumentar tu capacidad para controlar tus impulsos.
  3. Mantener una alimentación saludable: una alimentación equilibrada y saludable puede mejorar la energía y la claridad mental, lo que puede ayudar a aumentar el autocontrol.
  4. Dormir adecuadamente: dormir suficientes horas de calidad puede ayudar a mejorar la capacidad de autocontrol y la capacidad de tomar decisiones.
  5. Practicar la meditación o la atención plena: la meditación y la atención plena pueden ayudar a mejorar la capacidad de concentración y la resistencia a las distracciones.
  6. Eliminar distracciones: identificar y minimizar las distracciones en el entorno puede ayudar a mantener la concentración y el autocontrol.
  7. Toma descansos regulares: Tomar descansos regulares durante el día puede ayudarte a mantener tu energía y concentración.

Recuerda que el autocontrol es una habilidad que se puede desarrollar con el tiempo y la práctica, por lo que es importante ser paciente y persistente en la implementación de estas estrategias.

¿Cómo puede ayudarme la terapia a desarrollar un mayor autocontrol?

Un terapeuta puede ayudarte a mejorar tu capacidad de autocontrol de diversas maneras, dependiendo de tus necesidades y objetivos individuales. Aquí hay algunas formas en que un terapeuta puede ayudarte:

  1. Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC es un enfoque terapéutico que se enfoca en cómo tus pensamientos, emociones y comportamientos están interrelacionados. Un terapeuta de TCC puede ayudarte a identificar patrones de pensamiento negativos que están interfiriendo con tu autocontrol y enseñarte estrategias para reemplazarlos con pensamientos más positivos y saludables.
  2. Terapia de motivación: Un terapeuta puede ayudarte a desarrollar una motivación interna para mejorar tu autocontrol. Puede ayudarte a identificar tus valores y metas más importantes y enseñarte cómo relacionarlos con tus comportamientos actuales.
  3. Terapia de mindfulness: La terapia de mindfulness se centra en la conciencia presente y la atención plena. Un terapeuta puede enseñarte técnicas de mindfulness para ayudarte a ser más consciente de tus pensamientos y emociones en el momento presente, lo que puede ayudarte a controlar tus impulsos y mejorar tu autocontrol.
  4. Terapia comportamental: Un terapeuta puede ayudarte a desarrollar nuevos comportamientos saludables y a extinguir comportamientos poco saludables que están interfiriendo con tu autocontrol. Puede enseñarte estrategias de recompensa y refuerzo para ayudarte a mantener tus nuevos comportamientos.

Estas son solo algunas de las maneras en que un terapeuta puede ayudarte a mejorar tu capacidad de autocontrol. Al trabajar con un terapeuta, puedes aprender nuevas habilidades y estrategias que te ayudarán a superar los desafíos que estás enfrentando y mejorar tu calidad de vida.

Estela Zegrí Quesada (Psicóloga)

Psicóloga en Sumpsicólogos.

Máster en Psicología General Sanitaria por UNIR.

Máster en Terapia Sistémica Familiar por la Universidad Pontificia de Comillas.

Especialista en Psicoterapia y Psicodrama por la EPyP.

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