Crianza

¿Cuáles son las implicaciones de la crianza como etapa evolutiva?

La crianza es una etapa evolutiva importante para el desarrollo de un individuo, ya que influye en su formación y desarrollo a nivel físico, emocional, social y cognitivo. Es necesario tener en cuenta que la crianza de los niños puede ser dividida en varias etapas evolutivas, que incluyen:

  1. Bebés (0-1 año): En esta etapa, los bebés dependen totalmente de sus cuidadores para satisfacer sus necesidades básicas, como alimentación, cambios de pañales y comodidad.
  2. Niños pequeños (1-3 años): Durante esta etapa, los niños comienzan a explorar su entorno y a aprender sobre el mundo que les rodea. Están empezando a desarrollar habilidades motoras y habilidades sociales básicas.
  3. Niños en edad preescolar (3-5 años): En esta etapa, los niños continúan aprendiendo y desarrollando habilidades sociales y motoras, y también comienzan a desarrollar habilidades de pensamiento y lenguaje más complejas.
  4. Niños en edad escolar (5-12 años): Durante esta etapa, los niños están en pleno desarrollo y aprenden a través de experiencias y la educación formal. También están desarrollando su identidad y construyendo relaciones más complejas con los demás.

Estas etapas no son fijas y pueden variar de un niño a otro. La crianza efectiva requiere un enfoque individualizado y flexible que se adapte a las necesidades y habilidades únicas de cada niño. Esto es así, debido a los diferentes desarrollos que se cristalizan en las diferentes etapas, entre los que se encuentran:

  1. Desarrollo físico: La crianza puede afectar el desarrollo físico de un niño o adolescente, incluyendo su crecimiento, salud y bienestar. Los cuidados adecuados, una nutrición equilibrada y un ambiente seguro pueden ayudar a promover un crecimiento y desarrollo saludables.
  2. Desarrollo emocional: La crianza también puede tener un impacto en el desarrollo emocional de un niño o adolescente. Los cuidados amorosos y un ambiente seguro y estable pueden ayudar a promover una autoestima y autoconfianza saludables, mientras que el abuso, la negligencia y la falta de apoyo pueden tener un impacto negativo en el bienestar emocional.
  3. Desarrollo social: La crianza también puede influir en el desarrollo social de un niño o adolescente. Los modelos de conducta de los padres y otros adultos importantes pueden afectar la forma en que el niño percibe y se relaciona con los demás, mientras que la falta de interacción social y apoyo puede tener un impacto negativo en su desarrollo social.
  4. Desarrollo cognitivo: La crianza también puede afectar el desarrollo cognitivo de un niño o adolescente, incluyendo su capacidad para aprender, resolver problemas y desarrollar habilidades de pensamiento crítico. La estimulación temprana y la educación adecuada pueden ayudar a promover el desarrollo cognitivo, mientras que la falta de estímulo y apoyo puede tener un impacto negativo.

La crianza resulta una etapa importante en el desarrollo de un individuo y puede tener implicaciones significativas en su vida a largo plazo. Por lo tanto, es importante brindar una crianza cuidadosa y considerada que se adapte a las necesidades individuales de los niños y adolescentes para facilitarles un acompañamiento que les permita desarrollarse de la mejor manera posible.

¿Dificultades en la crianza?

Ser padre, madre o cuidador puede ser una experiencia maravillosa y gratificante, pero también puede ser un desafío y requerir mucho esfuerzo y dedicación. Aquí hay algunas de las cosas que como pueden resultar más costosas durante la crianza:

  1. Estrés y agotamiento: La crianza puede ser agotadora y puede llevar a un estrés emocional y físico para los padres y cuidadores.
  2. Falta de tiempo y apoyo: Muchos padres, madres y cuidadores pueden sentir que no tienen suficiente tiempo o apoyo para abordar todas sus responsabilidades y cuidar adecuadamente a sus hijos. Además, la crianza requiere mucho tiempo y dedicación, especialmente durante los primeros años de vida de un niño. Puede ser difícil equilibrar los compromisos laborales y personales con las responsabilidades de la crianza.
  3. Diferencias de opiniones: Los padres, madres y las diferentes figuras de autoridad pueden tener diferencias en cuanto a cómo criar a sus hijos, lo que puede llevar a conflictos y tensiones en la relación. Además, esta diferencia de opiniones y acciones respecto a los niños y adolescentes pueden suponer una ambivalencia en el individuo que los recibe, generándole mayores dudas sobre su actuación en función de la situación y la persona.
  4. Problemas de conducta: Los niños y adolescentes pueden presentar problemas de conducta, como terquedad, agresividad o desobediencia, que pueden ser difíciles de manejar para los padres y cuidadores.
  5. Problemas emocionales o de salud mental: Los niños pueden enfrentar problemas emocionales o de salud mental, como ansiedad o depresión, que pueden ser difíciles de entender y tratar para los padres y cuidadores.
  6. Tomar decisiones difíciles: La crianza a menudo requiere que los cuidadores tomen decisiones difíciles, como cuándo es el momento adecuado para darles más libertad a los hijos, cómo manejar situaciones de disciplina, etc. Puede ser difícil encontrar un equilibrio entre ser un guía y un amigo para los hijos.
  7. Mantener la paciencia: La crianza puede ser estresante y desafiante, especialmente cuando los hijos enfrentan desafíos o tienen comportamientos difíciles. Mantener la paciencia y la calma en estas situaciones puede ser difícil, pero es importante para ayudar a los hijos a aprender y desarrollarse de la mejor manera posible.

¿Cuál es mi rol como cuidador?

Los cuidadores pueden sentir una amplia gama de emociones durante la crianza de sus hijos, incluyendo amor incondicional, orgullo, responsabilidad, preocupación, estrés, cansancio, y a veces incluso frustración. Criar a un hijo puede ser una de las experiencias más gratificantes de la vida, pero también puede ser desafiante y requerir mucho trabajo y dedicación.

Los padres juegan un papel vital en el desarrollo y bienestar de sus hijos. Cuidarse a sí mismos permite a los padres ser un modelo positivo de salud física y emocional para sus hijos, manejar mejor el estrés y tener más energía y paciencia para brindar amor y atención. Además, al cuidarse, los padres pueden estar más presentes y disponibles para sus hijos, lo que puede fortalecer los vínculos familiares y mejorar la calidad de la crianza.

Es importante buscar apoyo y recursos cuando se enfrentan dificultades en la crianza, ya sea a través de terapia, grupos de apoyo o programas de apoyo a la familia. También es importante recordar que la crianza es un proceso en evolución y es normal tener dificultades y desafíos a lo largo del camino.

Estela Zegrí Quesada (Psicóloga)

Psicóloga en Sumpsicólogos.

Máster en Psicología General Sanitaria por UNIR.

Máster en Terapia Sistémica Familiar por la Universidad Pontificia de Comillas.

Especialista en Psicoterapia y Psicodrama por la EPyP.

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